domingo, 1 de septiembre de 2013

Expediente Warren (The conjuring): miedo de verdad


Hoy vengo con otra opinión sobre películas. Esta vez le ha tocado a Expediente Warren (The conjuring), que llevaba tiempo queriendo verla. Y tengo que decir que me ha encantado.

Y no lo ha tenido fácil. Soy una fanática del cine del terror, y en la universidad aprendí las técnicas de los cineastas para asustar al espectador. Es decir, que la gran mayoría de las veces se cómo y cuándo van a ser los sustos.
Sin embargo Expediente Warren no es una película de sustos. Es una película de Terror, con mayúscula, de las que no veía desde hace muchos años. Tengo que admitir que no fui con muchas esperanzas. Su director, James Wan, fue el artífice en 2011 de Insidious, un quiero y no puedo de las películas de terror (en serio, el malo era igual que Darth Maul, aparecía en escena 10 segundos antes de dar el susto, eliminando el factor sorpresa). Dentro de poco toca la segunda parte, que desde luego iré a ver, a ver si esta vez me llevo una alegría.

Pero volviendo a Expediente Warren, su mayor fortaleza está en que consigue provocar miedo sin necesidad de sangre, muerte o apariciones sorpresa. Sabes que va a pasar algo, te lo estás esperando, y aún así te asustas. En ese aspecto me ha recordado a la clase de terror de "El Exorcista" (ojo, que no que estén al mismo nivel. El Exorcista se estrenó en un momento muy determinado, que garantizó su éxito, y con el paso de los años ha conservado su esencia, habrá que ver como envejece Expediente Warren).


El argumento nos habla del matrimonio Warren, una pareja de investigadores paranormales que responden a la petición de ayuda de una familia que está experimentando cosas paranormales en casa. Es decir, nos encontramos ante una película de terror de casa embrujada, como en Amityville (un caso también investigado por el matrimonio Warren).
Sin embargo, a pesar de que podría haberse convertido en una película más del género, consigue volver a sorprendernos (y asustarnos) con un juego maravilloso de los niveles de tensión. También es delicioso ver los aparatos de captación de presencias sobrenaturales de los años 70, en una época en que todas las películas rebosan alta tecnología.
La nueva película de Wan está muy bien hecha técnicamente. La fotografía es fabulosa. No hay movimientos de cámara innecesarios ni florituras de relleno. Pero si hay que destacar algo es la banda sonora. Comentándolo con las amigas con las que fui a verlas llegamos a la conclusión de que consigue que hasta los créditos den miedo.

Un detalle que me encantó, a parte de la trama de la película, fue la participación de Lili Taylor. Algunos la recordareis de la película, también de terror, "La Guarida", junto a Catherine Z Jones, Liam Neeson y Owen Wilson. Esa mujer ha nacido para hacer terror.

En resumen. Igual que con otras películas digo que es mejor esperar a que la pongan por la tele, en esta ocasión merece la pena pagar el pastón que cuesta ir al cine.

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